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LAGAR DE CERVERA BLANCA

Orujo de Galicia • magia galega

Elaboración y Crianza

En la vendimia, después de prensadas las uvas y puesto a fermentar el mosto, recogemos el bagazo de nuestras propias fincas. Transcurrido un mes, poco más o menos, comenzamos la destilación que se realiza por nuestro propio personal y en nuestras propias instalaciones. Se usan 6 alambiques o "potes" de cobre, como manda la tradición.  Se calienta fuertemente al principio, para activar la ebullición y producir el arrastre, por los primeros borbotones de etanol, de las sustancias más volátiles.

Este primer producto, que en el argot técnico se denomina "cabezas de destilación", aún teniendo gran cantidad de alcohol es de calidad baja y no es aconsejable guardar. Al cabo de un tiempo, se baja el fuego y continúa suave y lentamente la destilación del verdadero Orujo gallego. A momento dado, el alcohol se va agotando, dando lugar a que aparezcan en el destilado sustancias de sabor poco grato. Son las llamadas "colas de destilación", que son retiradas.

La destilación de cada "potada" dura aproximadamente 5 horas. Posteriormente, el orujo "corazón"  se vuelve a destilar, repitiéndose el proceso anterior. Esta segunda destilación da al aguardiente gran finura y suavidad. Durante todo el proceso, se sigue fielmente el sistema tradicional, incluso mejorándolo a través de la eliminación de las cabezas y colas en las dos destilaciones. El orujo así obtenido, se deja reposar durante unos meses para que se vaya equilibrando. Posteriormente se estabiliza a temperaturas de 10ºC bajo cero. Nuestro orujo seco se presenta como un aguardiente de 45 grados, que en la cata, quedan de alguna manera compensados por la suavidad de la glicerina y otros alcoholes superiores. Su aroma a temperatura ambiente, es fragante, floral, fino y explosivo.

Cata

Su alto contenido alcohólico, 45º, queda de alguna manera moderado en la cata por la suavidad que le aportan la glicerina y otros alcoholes superiores. Su aroma a temperatura ambiente es fragante, floral, fino y explosivo. La uva Albariño, que da vinos caracterizados por sus aromas florales, no podía ser menos con los orujos de su bagazo. Se puede tomar a temperatura ambiente, pero en pequeños sorbos, porque si no, podrá parecer como un auténtico "agua-ardiente", con firmeza y reciedumbre. Frío, sin embargo, podemos disimular la fortaleza de sus 45º y conservar su potente aroma.

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